En el sudeste de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra el pintoresco barrio de La Boca. Su curiosa e irregular estética se corresponde tanto a su historia arquitectónica como a la de su gente. Abundancia de color de combinaciones estridentes, construcción irregular, calles angostas son características visuales de un barrio que se conformó, a lo largo de la historia, por la llegada de los vivaces inmigrantes italianos que pisaron esta tierra a finales de siglo XIX. Formaron distintos grupos dentro del barrio y desarrollaron actividades no sólo laborales, sino también culturales y solidarias.
Sin embargo, este barrio porteño es famoso, no sólo por el espectacular estadio del Club Atlético Boca Juniors, sino también por poseer uno de los museos a cielo abierto más coloridos y alegres del mundo: Caminito, un pasaje tradicional de gran valor cultural y turístico que inspiró a Juan de Dios Filiberto a componer la música del celebrado tango Caminito (1926).
A lo largo de 150 metros, sobre una vía de ferrocarril abandonada en 1928 y recuperada en 1950 por el reconocido pintor Benito Quinquela Martín, Caminito es una alegre calle peatonal empedrada donde artistas plásticos y artesanos exhiben sus obras de arte y artesanías, y bailarines y músicos deleitan a los visitantes al ritmo del tango.
Además, Caminito ofrece un viaje en el tiempo, dado que, al caminar por este simpático pasaje del barrio de La Boca, se puede contemplar los antiguos conventillos, típicas viviendas construidas en chapa de metal pintadas con brillosos colores en las que se instalaron los primeros inmigrantes genoveses al llegar a la Ciudad de Buenos Aires. En sus alrededores, centenares de cantinas y bodegones ofrecen los platos típicos con los que solían almorzar los viejos trabajadores de puerto que Benito Quinquela Martín supo retratar en sus cuadros.
Imposible dejar de pasear por estas viejas callecitas de Buenos Aires y disfrutar de la alegría que caracteriza al barrio de La Boca y a su emblemático Caminito.