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Feria de Mataderos: La gran feria federal

En el barrio de Mataderos, la ciudad se pone más tranquila. No sólo el formato edilicio cambia, también las calles lo hacen. El clima que se respira es diferente. Es como entrar al país. Un pedacito de cada provincia se cruza entre los puestos de la gran feria de la Capital Federal.

La Feria de Mataderos está compuesta por más de 300 puestos que venden artesanías gauchescas, todo tipo de productos artesanales argentinos de la zona pampeana y comidas regionales. Convoca a miles de vecinos de la ciudad y turistas que vienen recomendados a conocerla y se la compara con ferias de otras grandes ciudades del mundo. La feria mutó de un pequeño refugio de artesanos al gran conjunto de puestos que hoy hay. Atrae en promedio a 15.000 personas cada domingo. Aquí el turista puede hallar el ADN argentino en estado puro y no la típica imagen que afuera se tiene.

Declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad por la Legislatura se encuentra ubicada adyacente al Mercado Nacional de Hacienda, en el barrio de Mataderos. Hace años, fue el punto en común entre el campo y la ciudad, dado que en 1889 se instaló el matadero de ganado vacuno donde se faenaban los animales destinados al consumo interno y a la exportación. Es a partir de esto que Mataderos empieza a ser conocida como la “Chicago de Buenos Aires”, debido a la similitud con la ciudad norteamericana.

¿Qué se puede encontrar en la feria?

En la feria se comercializan cientos de opciones de artesanías, delicias para llevar y comidas para consumir en el momento. Allí, se pueden conseguir: mantas, ponchos, tejidos en telar, finas piezas de platería, cuchillos y bombillas talladas, mates de madera, metal y calabaza, productos en cuero (bolsos, cinturones, monederos y billeteras), cestos de palma del Impenetrable chaqueño, discos de arado, empuñaduras labradas, rebenques, riendas y bozales, entre otras artesanías.

Muchos de sus puestos se dedican a la venta de delicias frescas, confituras y conservas como: licores, aceite de oliva. frutos en almíbar, salsas, chimichurris, dulces caseros, pastas de ajo, miel, aceitunas rellenas, cubanitos de dulce de leche, frutos secos, quesos de campo, chocolates y cervezas artesanales, entre otras delicias.

Para el momento de almorzar, en la feria se pueden disfrutar decenas de opciones gastronómicas: locros, pastelitos, tortas fritas y los panqueques dulces y salados tamales, entre otras delicias criollas. Pero el asado, el choripán, las empanadas y el vino son los favoritos del público. Hay algunos puesteros que hace 25 años que están presentes en la feria. Desde distintos puntos del país, ellos cargan sus vehículos con artículos o mercadería fresca y montan los puestos desde bien temprano.

Cada domingo se pueden sentir variadas manifestaciones culturales de nuestras provincias, de los pueblos originarios y de países hermanos como Perú, Bolivia, Uruguay y Paraguay. El trabajo, en verdad, comienza el día antes cuando se arman las estructuras para los puesteros. Si no llueve, los domingos y feriados de 11 a 20 horas abre la feria, entre los meses de marzo y diciembre.

Espectáculos

Al recorrer la Feria de Mataderos, se pueden escuchar zambas y chacareras de todo tipo y color. Son ritmos que acompañan el paso con espíritu nacional. Porque la feria se completa con shows en vivo y cuenta con una vasta oferta en su programación con decenas de artistas todos los meses.

En un sector, la feria tiene un escenario donde se presentan shows y bailes. Por estas tablas se presentaron grandes músicos argentinos, siempre relacionados con la cultura autóctona: Mercedes Sosa, Eduardo Falú, el “ChaqueñoPalavecino, Víctor Heredia, Jairo, Teresa Parodi, Soledad Pastorutti, y el “ChangoSpasiuk.

La Avenida de los Corrales es el espacio donde se llevan a cabo espectáculos autóctonos y destrezas típicas gauchescas: doma, lazo, pato, corrida de sortijas, corrida de caballos, desfile de carrozas, desfiles de gauchos y más.

Además, tienen talleres gratuitos de danzas (folklóricas y tango), manualidades (como telar, tallado en madera, cestería y cerámica), instrumentos (guitarra, charango, sikus) e idioma (Quichua). En fechas especiales, se realizan celebraciones mayores: el 25 de mayo (Revolución de Mayo), el 20 de junio (Día de la Bandera), 9 de julio (Día de la Independencia), 1 de agosto (Día de la Pachamama), 17 de agosto (Conmemoración del Fallecimiento de José de San Martín), 12 de octubre (Día del Respeto a la Diversidad Cultural) y 10 de noviembre (Día de la Tradición).

Juan Carlos Colombini tiene 62 años y es un asiduo visitante: “La primera vez que vine a la feria fue a fines de los 80, en la época de la hiperinflación. Me acuerdo de que no tenía esta magnitud y nadie creía que se iba a generar este potencial”. Juan Carlos pasea con su familia (“los que se suman, porque salimos temprano y volvemos tarde”) una vez por año. “Todos los años te encontrás con algo distinto. Es decir, los puestos de siempre están, pero ofrecen cosas nuevas, hay una oferta renovada”. Juan Carlos afirma que siempre vuelve con el auto cargado: “Volvemos llenos. Siempre hay cosas ricas y muchas veces suelo comprar regalos o cosas para la casa: un mate, un cuchillo, alguna billetera.”

¿CÓMO SURGIÓ LA FERIA DE MATADEROS?

Hace más de 30 años, exactamente el 8 de junio de 1986, se iniciaba la Feria de Mataderos. Su nombre original es “Feria de las Artesanías y Tradiciones Populares Argentinas”. Su creación da gracias a Sara Vinocur, por entonces profesora del área de Cultura de la municipalidad de Buenos Aires. Viendo el Mercado Nacional de Hacienda se le ocurrió que un ámbito rural podría funcionar en plena ciudad. Si bien la zona estaba prácticamente abandonada, Vinocur imaginaba los puestos con propuestas relacionadas con las tradiciones del país, un punto común para todas las provincias.

Así, empezó a buscar a los primeros artesanos criollos e indígenas de otras ferias, no sólo en el centro sino también en el interior del país. Un sueño que comenzó como un puñado de tiendas y que no paró de crecer. Hoy, los puesteros se toman su trabajo muy en serio. Para ellos no es sólo poner un puesto, piensan en la producción, en los tiempos de elaboración, en la demanda del público. La feria es un pura fiesta y hace que la gente se olvide de todo y la disfrute plenamente. Es un lugar de encuentros, donde se puede bailar y divertirse con la familia y amigos. Y para muchos, hace que un día triste como el domingo sea el más esperado de la semana

Horarios y dirección

Todos los domingos y feriados desde las 11 hasta las 20 horas en el cruce de Av. Lisandro de la Torre y Av. de los Corrales 1072, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.