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Fileteado Porteño Tour

Luego de participar de un Congreso de turismo donde se encontraban los chicos de 054 que nos contaron un poco las cosas que realizaban, me quedé con mucha curiosidad sobre una de las actividades que realizaban, el Fileteado Porteño Tour 054. ¿Cómo podía tener tan poca información sobre algo tan autóctono de nuestra Ciudad? ¿Cómo podía no conocer su rica historia? Lo cierto es que el único conocimiento que tenía era que el fileteado era esa pintura que había visto en los colectivos antiguos. A partir de esa curiosidad que despertaron en mi es que decidí participar del tour. Nos encontramos en Pasaje Carlos Gardel y Anchorena, en la esquina del emblemático Shopping Abasto. Primera llamada de atención: ¡En el tour había más extranjeros que argentinos!

Lo primero que nos contaron fue que en Abril del 2006, el filete porteño fue declarado Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, y que actualmente hay un proyecto en la UNESCO para declararlo Patrimonio Cultural de la Humanidad. Cuánto me falta por aprender todavía. Esto era mucho más que “la pintura de los colectivos”. La ansiedad no era solo mía. Alrededor, en los demás participantes del tour, también se notaba lo mismo. Todos teníamos ganas de empezar la caminata y ver como el fileteado cobra vida en las calles de la ciudad. Entre paso y paso, nos explican que la palabra viene del Latín “Filo”, que significa “hilo”. Fileteado, en tanto, significa “hilo decorativo”. Y vaya si cumplió su función de “decorativo”; el fileteado revolucionó con sus formas y colores a la Ciudad de Buenos Aires a principios del Siglo XX. Esta actividad nace, entonces, paralelamente con el tango. Juntos se convirtieron en un símbolo de identidad de la Ciudad de Buenos Aires.

El recorrido se continúa por las calles del Abasto, en particular por pasaje Zelaya. Aquí nos cuentan un poco la historia del tango de la mano de Carlos Gardel, el principal exponente de esta música. Ingresamos al museo en su homenaje. Allí podemos observar la vida entera del cantor, compositor y actor de cine.

Termina la visita al museo, y nos encontramos en la calle Jean Jaures. Aquí nos cuentan que en el año 2004, el museo Carlos Gardel, organizó un concurso (“el abasto y el fileteado porteño”) con el objetivo de revalorizar este arte popular. Solo con transitar se puede dar cuenta de cómo los 6 fileteadores que participaron lograron imprimirle vida a las calles del abasto. Los frentes de las casas, decorados con el filete porteño, son majestuosos!!

Una vez que terminamos de deleitarnos con las decoraciones tanto de los frentes de las casas como de los comercios, y cuando uno todavía ve aquel arte como lejano, nos llevan al Conventillo Cultural Abasto. Para mi sorpresa, nos esperaba Gustavo Ferrari, un fileteador profesional, que con pinceles y una maderita nos invita a realizar nuestro propio filete porteño. Realizarlo bajo la tutela de un profesional fue todo un desafío. Gustavo nos explicaba súper distendido, aunque la técnica es extremadamente detallista y necesaria de mucha paciencia. Fue un momento del tour de distensión, risas y charlas compartidas. Sin embargo, algo faltaba. Hasta que de repente identifiqué qué era. Apareció el mate con facturitas con dulce de leche y churros. Más porteños y argentinos que nunca se sintieron los compañeros extranjeros.

Para concluir con el tour nos sacamos una foto grupal, inmortalizando el gran momento compartido con el resto de las personas, y además nos llevamos nuestro bello filete propio, y con nosotros una parte de la cultura porteña.

La verdad que vale la pena cada minuto de las 3 horas que dura el tour. La guía te transmite la pasión del fileteado y del tango de una manera increíble y única. El tour genera que al irte quieras ir y comenzar inmediatamente las clases del filete porteño. Además, es el único tour que existe en Buenos Aires sobre el arte popular, y la forma en que se desempeña te posiciona muy cerca de un movimiento artístico que fue un ícono de la Buenos Aires de antaño, y que hoy en día sigue siendo un arte hermoso. Además uno interactúa con esta disciplina bajo la tutela de un profesional. Sin dudas es una experiencia que volvería a realizar sin dudarlo, para poder acercarme cada día más a esa historia poco conocida de la hermosa cultura porteña.

Erika, estudiante de turismo.